Te duele la espalda y no sabes si deberías movilizar o hacer reposo hasta que el dolor disminuya.
Lo primero que debes hacer es escuchar a tu cuerpo. En casi cualquier situación, la movilidad te va a reportar más beneficios que el descanso. Respetando los rangos de funcionalidad, tus músculos necesitan movimiento.
El reposo prolongado puede empeorar el dolor y reducir la flexibilidad.
Además, el ejercicio libera endorfinas actúan como analgésicos naturales, aliviando la percepción del dolor.
Aquí tienes tres ejercicios que puedes hacer con total seguridad para aliviar tu dolor de espalda.
𝙀𝙡 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙤, tumbado en posición supina, boca arriba, con las piernas en flexión es bascular la pelvis. Imagina que tu pelvis en una esfera, comienza a rodar hacia adelante, aumentando la curvatura lumbar para después llevarla hacia atrás y apoyar la zona lumbar en el suelo.
Busca un rango cómodo, fácil, donde no haya molestia y poco a poco, a tu ritmo, vas aumentándolo. Intenta liberar la musculatura para que el movimiento se traslade hasta el cráneo a lo largo de tu columna vertebral.
𝘾𝙤𝙣𝙩𝙞𝙣𝙪́𝙖 llevando las rodillas al pecho y abrazarlas. Puedes hacerlo de manera individual o con las dos a la vez. Asegúrate de que los hombros no se elevan del suelo, si necesitas una pequeña almohada para la cabeza, utilízala. Alarga la espalda con suavidad y respira soltando la tensión.
𝙋𝙖𝙧𝙖 𝙖𝙘𝙖𝙗𝙖𝙧, en prono, boca abajo, en la posición del niño, Balasana de yoga. De rodillas, sentado sobre los talones, deja caer el cuerpo sobre los muslos. Si necesitas una almohada para que la frente toque el suelo, utilízala. En esta postura estamos traccionando la zona lumbar y dorsal, a la vez que se produce una apertura de pecho.
Mantén las posturas el tiempo que sea agradable. Y si tienes alguna duda y quieres que te la aclare, escríbeme aquí
, te responderé encantada.
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