LOS PELIGROS DE LOS LÁCTEOS

 

 

Cada vez son más los detractores de los productos lácteos, a la vez que la industria está generando un aluvión de informes a favor, pagados a diferentes médicos que comentan sus bondades.

Aquí os dejo algunos de los motivos por los que no deberíamos consumirlos. A partir de esto, tú eliges.

La leche de la vaca es para el ternero, rumiante que dispone de cuatro estómagos diferentes a los humanos. La naturaleza ideó la leche de la vaca para los terneros.

Es un alimento completo, pero que hay que sustituir cuanto antes. Si una madre no puede amamantar a su hijo, es lógico que echemos mano de otras leches para alimentarlo. Pero la naturaleza enseguida llama a otro tipo de alimentación. Cuando a un bebé le salen los dientes, es indicativo de que necesita otra tipo de alimentos. A partir de los dientes, el niño está preparado para triturar y comenzar a ingerir una alimentación sólida.

Caseina. Principal proteína de la leche.

El cuerpo humano necesita una enzima llamada renina para metabolizar, desdoblar, esa proteína. Podemos encontrar la renina en el aparato digestivo de los lactantes. Los niños hasta los dos o tres años disponen de esta enzima de origen renal. Debe pasar del riñón al estómago para poder metabolizar la caseína, la proteína de la leche.

Cuando llega el momento en que la leche no es necesaria para nuestra alimentación, la renina desaparece de nuestro organismo.

Por el mismo motivo, también desaparece la lactasa, enzima encargada de metabolizar la lactosa.

Glamagobulina.

La mamá vaca protege al ternero y le cede parte de sus factores de transferencia a través de la leche para que el ternero pueda ir desarrollando sus defensas. El ser humano no puede asimilar ese factor de transferencia, lo que da lugar a intolerancias que afectan al sistema inmune. Nuestro sistema no los reconoce y comienzan a desarrollarse las enfermedades inmunes.

Las enfermedades auto inmunes han crecido exponencialmente tanto como las intolerancias alimentarias o alergias.

Se están transfiriendo al ser humano unas IG (Inmonoglubinas) que no son propias de nuestro sistema inmunológico, sino del de los animales.

YOGURES

Es uno de los grandes errores en nuestra alimentación.

Nuestra flora intestinal es saprofita, es decir, que la desarrollamos nosotros. Actúa en el sistema inmune y almacena información. Se cree que posee más información sobre nuestro cuerpo que nuestro cerebro. Para que contenga la información sobre nuestra vida, nuestro sistema digestivo necesita nuestra flora intestinal, trabajando en simbiosis con nuestro sistema inmunológico. Cuando le introducimos organismos externos que no son los mismo que nosotros generamos desplazan la flora autóctona robándole el oxígeno, los nutrientes y es espacio. Las floras externas no son capaces de crear colonias nuevas. Con el paso del tiempo, nuestro sistema inmune entra en un desconcierto, no sabe si nos organismos reconocibles, peligrosos, si debe reaccionar o no. Pero crea anticuerpos, lo que genera las enfermedades autoinmunes.

QUESOS

En el proceso de fabricación, la lactasa cambia. La caseína se ha metabolizado y las partículas de grasa están más disueltas por lo que se absorben mejor. El queso es el menos perjudicial de los lácteos.

Las levaduras entran en la fabricación de la mayoría de los quesos. Éstas funcionan como prebióticos, buenos para nuestra flora y nuestra salud.

LA INTOLERANCIA

Es algo que desarrollamos a lo largo del tiempo por el consumo mantenido y constante de un alimento. Bastaría dejar de consumir el alimento para que desaparezca. Las alergias por el contrario, es algo con lo que nacemos.

CALCIO

El calcio de la leche es poco biodisponible, es decir, nuestro organismo no es capaz de metabolizarlo. Las pruebas realizadas con mujeres que tomaban lácteos en la menopausia y mujeres que no tomaban calcio, demostraron que el desarrollo de la osteoporosis es mucho mayor en las consumidoras de lácteos.

«…Sin embargo, cuando se analizan los datos estadísticos que reflejan la situación a nivel mundial, se observa la paradoja del calcio: los países con el mayor consumo de calcio a partir de productos lácteos (Estados Unidos, Suecia, Israel, Finlandia y el Reino Unido) también presentan las mayores tasas de fracturas de cadera relacionadas con la osteoporosis. Y aquellos lugares del mundo con una ingesta tradicionalmente baja (Hong Kong, Singapur, zonas rurales de África) presentan la menor incidencia de osteoporosis”. En el American Journal of Public Health publicaron en 1997 un estudio (Nurses’ Health Study) de la Universidad de Harvard en donde se hizo un seguimiento de 77.761 mujeres de entre 34 y 59 años durante doce años. La conclusión de los investigadores fue que un mayor consumo de leche no evita la osteoporosis. William Ellis, ex presidente de la Academia Americana de Osteopatía Aplicada va un poco más allá y tras 42 años de práctica y 25.000 análisis de sangre realizados a sus pacientes, afirma que las personas que toman de tres a cinco vasos de leche diarios presentan niveles más bajos de calcio en sangre.»

La leche provoca un aumento de la acidez que evita que el calcio entre a formar parte del hueso. Por el contrario se deposita en las arterias (pudiendo dar lugar a enfermedades coronarias) , en el riñón donde se calcifica o se elimina.

CALCIO biodisponible, donde encontrarlo.

Algas marinas, semillas de sésamo, sardinas en aceite, almendras, higos secos, miel, jamón serrano, caldo de huesos o espinas, cáscaras de huevo trituradas.

 

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