Cómo trabajar con tu mente

A veces nuestra mente se desboca, se llena de pensamientos que toman el control.

Los pensamientos son parte de nuestro mundo interno, pero no pueden dirigir nuestra vida, el humor, el ánimo con el que estamos todo el día, ya que ellos no son los dueños de tu mundo interior. Tú, tu verdadero ser, tu ser más profundo, tu conciencia… Ese es el capitán de tu mundo interior.

Los pensamientos están para ser observados. Debemos observar ese diálogo interno para poder distanciarnos, desidentificarnos y así poder decidir.

La primera decisión que debes tomar

¿Es cierto esto? Normalmente nos creemos todo lo que nos decimos en nuestra mente. Pero no todo lo que nos decimos es cierto. Muchas veces, esas creencias, lo que nos repetimos a diario no es cierto. Pero si yo no puedo observar desde fuera mi pensamiento, y el pensamiento se adueña de mi mente, terminamos por creerlo.

El pensamiento en sí mismo no es malo, tan solo es una frase, una oración que no tendría porqué determinar nada. Pero los pensamientos que tenemos determinan nuestra vida, ya que nos identificamos con ellos y les creemos.

Puedes reírte de lo que acabas de pensar, es una buena técnica. Incluso compartirlo con un amigo y reíros juntos.

Lo siguiente que debes decidir es si vas a actuar en consecuencia a ese pensamiento o no.

Si un pensamiento se pasa por tu mente y te dice que no puedes hacer algo. ¿Le vas a hacer caso o vas a decidir? “Esto no es cierto o no puedes hacer lo que te has propuesto”.

Acaba de pasar esta frase por tu mente, puedes quitarle su poder y decidir actuar de otra manera.

Esto no implica actuar contra tu mente, cambiar tus pensamientos, tener pensamientos positivos todo el día. Implica crear un espacio interno nuevo donde seas consciente de observar lo que pasa, lo que sucede y decidir qué hacer.

Esto te va a dar más fuerza interna, y más poder en tus acciones.

Así que observa tu mente, tus pensamientos, sin juicio previo.

Observa tu mente, con amor, con respeto, con reverencia.

Cuanto más profunda se vuelva tu observación, cuanto más profunda se vuelva tu conciencia, comenzarán a surgir los huecos, los intervalos. Un pensamiento se va y el siguiente no ha llegado, ahí hay un hueco. Continua observando, deja que los pensamientos vengan y se vayan a donde quieran ir. No hay nada equivocado, no tratas de manipularlos, ni tampoco de dirigirlos. Deja que los pensamientos se muevan con total libertad. Si lo haces así continuarán llegando intervalos más amplios, pudiendo pasar minutos sin que haya ningún pensamiento, tan solo un silencio total sin interrupciones. Y podrás tener el control de tus acciones.

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